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Mayor riesgo de complicaciones graves por COVID-19 al fumar.

Fumar tabaco es un factor de riesgo común en muchas de las infecciones respiratorias, asociado a empeorar la gravedad de los síntomas y complicaciones producidas por este tipo de enfermedades. Consumir tabaco disminuye la función pulmonar, afectando la capacidad del cuerpo para luchar contra estas enfermedades. Esta, no es la excepción en el caso de la COVID-19, pues es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a los pulmones.

Anualmente, se estima que el tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas. Más de siete millones de esas muertes son consecuencia del consumo directo del tabaco y aproximadamente 1.2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores (OMS, 2020). En Puerto Rico, el uso de tabaco está asociado a 4 de las primeras 5 causas de muerte: enfermedad del corazón, cáncer, diabetes y enfermedad cerebrovascular (Informe de la Salud en Puerto Rico, 2016). Para el 2017, un 10% de la población de adultos de 18 años o más fumaban en Puerto Rico (PRDOH, 2017).


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS): “los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer COVID-19, en comparación con los no fumadores. El tabaquismo es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la COVID-19. Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la COVID-19.


Debido a las serias complicaciones de salud que puede traer como consecuencia el consumo de tabaco, añadido a la pandemia por COVID-19, enfermedad para la cual aún no existe una vacuna para prevenirla o un tratamiento específico; se recomienda a los fumadores intentar dejar de fumar lo antes posible mediante métodos de eficacia comprobada, como por ejemplo: tratamientos de sustitución con nicotina o las líneas de atención telefónica gratuitas para ese fin.


Los beneficios de cesar de fumar comienzan a verse rápidamente, pues a los 20 minutos de dejar de fumar disminuyen la presión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en la sangre vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la dificultad respiratoria (OMS, 2020).


En VOCES Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud, creemos que proteger la salud es responsabilidad de todos. Público que nos lee, les exhortamos a que no permitan que fumar afecte su salud y calidad de vida, así como la de su familia. Para más información sobre prácticas para dejar de fumar consulte con su médico.


¡Estamos para ayudarte! Si tienes mas preguntas sobre este tema, escríbenos en nuestra sección de comentarios o a través de cualquiera de nuestras redes sociales





Publicado por: Natalia C. Gómez Suárez, MD

Coordinadora Asuntos Clínicos

Programa Educativo de Mujeres Embarazadas, Niños y Adolescentes

VOCES, Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud





Referencias

Declaración de la OMS: Consumo de Tabaco y Covid-19, 2020. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/detail/11-05-2020-who-statement-tobacco-use-and-covid-19

Uso del Tabaco en Puerto Rico, 2017. Recuperado de: http://www.salud.gov.pr/Sobre-tu-Salud/Documents/Uso%20de%20Tabaco%202017.pdf


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